Manchester vs Atlético de Madrid

Simeone planteó una eliminatoria con 135 minutos de supervivencia y 45 de acoso y derribo, pero que no tuvo premio en forma del gol que hubiera llevado el litigio a la prórroga. Había hecho sus cambios en apenas dos movimientos, buscando la puerta grande o la enfermería, y hubo ocasiones en un segundo acto conmovedor aunque sólo fuera por lo épico, sobre todo en ese tramo final accidentado después de la tangana que ideó Felipe con una coz y que aceptó de buen grado Foden metiéndose en el campo tras haber caído fuera de él, pero su equipo fue más corazón que cabeza ante la portería del City. El orgullo sigue intacto, otra Champions que se pierde: cada cual que lo ponga en el orden que prefiera.

Antes de todo eso, hay dos acciones que definen el primer acto. En una Lodi tiene a Joao Félix. Y lo sigue teniendo. Y lo vuelve a tener. Pero no se la da. Conduce de forma absurda y acaba regalándola para desesperación de su compañero. En otra Mahrez no parece tener a Walker. Y sigue sin tenerlo. Y aún no lo tiene. Pero se la da. La pega con el exterior para que vaya sorteando todos los obstáculos con forma rojiblanca y encuentre al lateral casi en línea de fondo dando continuidad a una jugada en la que Gundogan terminará topando con el palo.

Hay una diferencia notable, de modo que lo mejor al entreacto en clave local sigue siendo un resultado que elimina al equipo, sí, pero que lo tiene a tiro de prórroga aún. Porque entonces no se puede aspirar a mucho más si un disparo lejano e inocuo de Kondogbia ha sido la única acción que requiere cierto esfuerzo de Ederson. Un arranque prometedor se irá diluyendo a la que el rival se hace con la pelota, de modo que Gundogan ya habrá probado suerte antes de lo del poste, que Stones habrá lamentado un cabezazo desviado, que De Bruyne topará con el cuerpo de Reinildo en una volea...

No hay necesidad de que aparezca Oblak, pero se juega en el balcón del área de un Atlético cuya presión vuelve a parecer de mentira. Porque unos van y otros, no; porque hay jugadores que dejan alguna duda por lo físico mientras Joao se siente extremadamente solo en el 5-4-1 que ha dispuesto Simeone esta vez; porque Bernardo Silva se retrasa y se mete por dentro para crear aún más superioridad y de paso dejar un pasillo a Cancelo... porque por lo futbolístico, en fin, sigue sin haber color. Felipe, a todo esto, ha buscado y encontrado su tarjeta. Primero atiza a Foden con brecha incluida, después derriba a De Bruyne. Al colegiado no le queda otra que cumplir con los deseos del brasileño.

Es ahí cuando el personal recuerda por primera vez que si el tipo está jugando tanto partido en una temporada absolutamente nefasta desde lo particular es simple, lisa y llanamente porque con él sí se puede contar, que con otros no. Vuelve el fútbol y enseguida se aprecia que algo está pasando: Kondogbia habilita a Griezmann a la carrera, Lemar busca un disparo que no encuentra, Joao cabecea forzado un servicio de Llorente... el Atlético da pasos en lo que el City retrocede. Ya no la tiene y además pierde por lo físico a De Bruyne, que es mucho perder. A partir de ahí, las ocasiones: De Paul nada más salir, Correa poco después, Savic en el córner subsiguiente y las de ultimísima hora tras la expulsión. Pero sin gol. Así que vale el de la ida. Aquello acaba como el rosario de la aurora y deja debate para rato. Pero el resultado da la razón a Guardiola. Es lo que hay.







Comentarios

Entradas populares de este blog

Real Madrid vs Paris Saint Germain